Estudios e investigaciones

Con techo y sin hogar

Desde los diferentes puntos de atención de Cáritas Diocesana de Barcelona, se constata cómo la vivienda, según su nivel de precariedad, marca el bienestar de las personas y puede llegar a condicionar su calidad de vida en el futuro. En el caso de las familias que son atendidas desde la Diocesana de Barcelona, solo un 54 por ciento dispone de hogar. El resto no tienen más alternativa que vivir en habitaciones realquiladas, acogidas en casa de otras personas, residir en un centro de Cáritas u otra entidad, o malvivir en la calle. El informe se centra en estas situaciones en que no se dispone de un hogar. El título no es aleatorio, ya que no todas las personas que hablan con voz propia en el libro tienen un hogar, por mucho que tengan un techo. Tomando como referencia un enfoque de prevención, se intenta frenar la precariedad a la que están expuestas, a través de proyectos como los pisos compartidos, los espacios de ayuda mutua, los centros abiertos para niños o el refuerzo educativo. En estas páginas se vuelca una parte de la historia que ya conocen todos, la de los abuelos y los padres de muchos de nosotros, que vivieron en habitaciones o compartieron piso, al llegar las ciudades industriales buscando una vida mejor, También la de los que ya vivían en Catalunya, propietarios de pisos o inquilinos que encontraron en el alquiler de una habitación la manera de completar los sueldos exiguos que se cobraban por muchas horas de trabajo duro en las fábricas. Es una historia que se repite en momentos como el actual, en el cual la crisis económica global sacude con fuerza las economías familiares, y que tiene como una de las primeras consecuencias la precarización de la vivienda. Por eso, también aparecen las historias de vida de alunas de las personas que ahora, en el siglo XXI, tienen que volver a utilizar esta forma de tenencia porque no pueden acceder a una vivienda propia (ni de alquiler ni de compra). Este libro se suma a todas las acciones que Cáritas Diocesana de Barcelona desarrolla para contrarrestar la exclusión residencial. Y se enmarca, también, en la campaña de la Unión Europea “Ninguna persona sin hogar”, que ha empezado este año con el objetivo principal de que, en Europa, no haya nadie durmiendo en la calle en 2015.

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Reseña

Desde los diferentes puntos de atención de Cáritas Diocesana de Barcelona, se constata cómo la vivienda, según su nivel de precariedad, marca el bienestar de las personas y puede llegar a condicionar su calidad de vida en el futuro. En el caso de las familias que son atendidas desde la Diocesana de Barcelona, solo un 54 por ciento dispone de hogar. El resto no tienen más alternativa que vivir en habitaciones realquiladas, acogidas en casa de otras personas, residir en un centro de Cáritas u otra entidad, o malvivir en la calle. El informe se centra en estas situaciones en que no se dispone de un hogar. El título no es aleatorio, ya que no todas las personas que hablan con voz propia en el libro tienen un hogar, por mucho que tengan un techo. Tomando como referencia un enfoque de prevención, se intenta frenar la precariedad a la que están expuestas, a través de proyectos como los pisos compartidos, los espacios de ayuda mutua, los centros abiertos para niños o el refuerzo educativo. En estas páginas se vuelca una parte de la historia que ya conocen todos, la de los abuelos y los padres de muchos de nosotros, que vivieron en habitaciones o compartieron piso, al llegar las ciudades industriales buscando una vida mejor, También la de los que ya vivían en Catalunya, propietarios de pisos o inquilinos que encontraron en el alquiler de una habitación la manera de completar los sueldos exiguos que se cobraban por muchas horas de trabajo duro en las fábricas. Es una historia que se repite en momentos como el actual, en el cual la crisis económica global sacude con fuerza las economías familiares, y que tiene como una de las primeras consecuencias la precarización de la vivienda. Por eso, también aparecen las historias de vida de alunas de las personas que ahora, en el siglo XXI, tienen que volver a utilizar esta forma de tenencia porque no pueden acceder a una vivienda propia (ni de alquiler ni de compra). Este libro se suma a todas las acciones que Cáritas Diocesana de Barcelona desarrolla para contrarrestar la exclusión residencial. Y se enmarca, también, en la campaña de la Unión Europea “Ninguna persona sin hogar”, que ha empezado este año con el objetivo principal de que, en Europa, no haya nadie durmiendo en la calle en 2015.

Índice

  • Presentación
  • Nota metodológica
  • Introducción
  • Capítulo 1: Definición y conceptualización
  • Capítulo 2: Dimensión histórica de los techos que no son hogares
  • Capítulo 3: Dimensión económica. Recursos en tiempos de crisis
  • Capítulo 4: Dimensión social. Características de las personas que viven en techos que no son hogares
  • Capítulo 5: Efectos de una vivienda precaria sobre la vida de las personas
  • Capítulo 6: Efectos sobre la salud
  • Capítulo 7: El impacto en la vida de menores y adolescentes. Una huella indeleble
  • Capítulo 8: Un fenómeno con nombre propio
  • Capítulo 9: ¿Qué hace Cáritas Barcelona? Respuestas en el ámbito de la vivienda
  • Capítulo 10: Propuestas
  • Referencias bibliográficas