El Compromiso con el Otro
El 5 de diciembre se celebra el Día del Voluntariado. En Cáritas Diocesana de Zamora contamos con 704 voluntarios y colaboradores, ellos son el pilar básico e insustituible de nuestra acción. GRACIAS DE CORAZÓN.
Personas comprometidas, coherentes, activas, participativas, con valores, disponibilidad, vocación… Personas que acogen, escuchan, sienten, aman, ayudan…
Los voluntarios constituyen el pilar básico en el que se sustenta la identidad de nuestras Cáritas. Celebramos el Día Internacional del Voluntario y qué mejor manera que hacerlo de la mano algunos de los voluntarios de Cáritas Diocesana de Zamora.
Marisol, Voluntaria de la tienda El Armario de la Reina
Marisol es voluntaria de la tienda de segunda mano de ModaRe. Su jubilación supuso un punto de inflexión a la hora de empezar su voluntariado en Cáritas Diocesana de Zamora y como ella misma cuenta “la experiencia ha sido mucho mejor de lo esperado, sin dudarlo”.
Hay una cosa que Marisol tenía clara, su voluntariado sería en Cáritas, “siempre he aplaudido la labor que realiza en el mundo” y se define como una persona con ganas de ayudar, caritativa y que piensa en los demás; cualidades que “debe tener una persona para ser voluntaria”.
Marisol afirma que su labor está reconocida y valorada por los trabajadores de la entidad y “por la mayoría de la gente”, ella no para de animar sus amigos y conocidos a probar la experiencia de dedicar su tiempo a los demás, “animo a todos mis conocidos, siempre digo lo mismo…, yo tardé demasiado en hacerme voluntaria”.
Preguntamos cómo ha sido el voluntariado tras las dificultades sobrevenidas tras el impacto del Covid19. “He dado lo mejor de mí, ayudando a los que me necesitaban. Estoy satisfecha porque se ha visto reconocido mi esfuerzo”.
Alex, Voluntario del Programa de Infancia
“Lo que comenzó como una búsqueda de experiencia, en relación a la carrera que estudio, con el paso de los años se ha convertido en un vínculo recíproco y muy bonito”. Alex es voluntario del Programa de Infancia de Cáritas Diocesana de Zamora, charlamos con él y nos explica que “el trato que he recibido por Cáritas a largo de estos cursos, por parte de trabajadores, niños, etc. ha sido excelente, lo que hace que mi experiencia sea muy enriquecedora”.
Compromiso, empatía y generosidad son según Alex, las premisas más importantes para ser un buen voluntario. El vínculo de Alex con Cáritas Diocesana de Zamora empezó hace años como participante hasta los 16 años del Campamento de Verano de su Escuela de Tiempo Libre, AZEMUR y continuó cuando empezó sus estudios universitarios, “me informé acerca de programas relacionados con la infancia para crecer personal y profesionalmente. Entre ellos estaba el recurso del Centro de Apoyo al Menor. Y desde el primer día hasta hoy, ya han pasado cuatro años”. Alex cree que vivimos en una sociedad que sí pone en valor al voluntariado y anima a la participación “sobre todo a los más jóvenes”.
Alex transmite día a día su experiencia como voluntario a sus allegados, “siempre les hablo de la motivación y lo bonito que es dar parte de tu tiempo en ayudar a los demás. La sensación de sentirse realizado, así como la de aportar tú granito de arena es indescriptible”.
La crisis sanitaria ha situado en primera línea de batalla a los voluntarios, “son tiempos difíciles, por lo que debemos ser empáticos, ayudar al prójimo, así como apoyar al vulnerable”.
Tita, Voluntaria de Cáritas en la parroquia de Villaralbo
Nuestra amiga Tita fijó su residencia habitual en la localidad de Villaralbo su pueblo natal, tras su jubilación. Por aquel entonces, “el párroco era Toño, actual delegado-director de Cáritas Diocesana de Zamora. Él tuvo la iniciativa de crear un grupo para colaborar con Cáritas, contó conmigo y acepté gustosamente. Personalmente, lo acepté convencida de que era una etapa en mi vida que me dejaba tiempo libre para darlo a cualquier actividad promovida por la Iglesia, lo que estuviera en mi mano”. Tita afirma que para ella “toda experiencia que parta de ayudar a la labor de la Iglesia es positiva y enriquecedora”. Hay que poner en valor tres cualidades para realizar esta labor, según Tita:
- Primera, estar convencida de que está trabajando por lo que le exige su fe dentro del mandamiento esencial del amor al prójimo y tener claro que es muy distinto a pertenecer a cualquier ONG convencional, Cáritas es la canalización, a través de una perfecta organización, de la labor esencial de la Iglesia Católica, el amor al prójimo.
Segunda, Poner en cada momento las capacidades personales, tiempo, habilidades etc. Al servicio de lo que te pidan, organicen,… quienes llevan la planificación concreta en cada situación y comunicarles igualmente todo lo que pueda ver uno mismo y que repercuta en beneficio del fin que se busca.
Tercera, Ser escrupulosamente prudente ante la confidencialidad de todo aquello que tenga que ver con las personas que necesitan de la ayuda, del tipo que sea, y que recurren a Cáritas. Trato amable, de cariño y cercanía, por supuesto con el respeto y la seriedad propia de una buena relación humana.
Como ella misma afirma no se fija en el reconocimiento de la sociedad hacia el voluntariado porque es algo que no le preocupa, “se trabaja por el hermano que te necesita y… ¡es Dios quien juzga y recompensa la labor de su Iglesia! (…) Si se lo reconoce, o no, la gente, es cosa que no debe mermar su entusiasmo”.
Tita cree que animar a una persona a ser voluntaria es una tarea difícil porque, “¿cómo se anima a alguien a ser fiel a la fe en Dios? (…) lo único que puedo argumentar es que a mí me llena, me hace sentirme en paz conmigo misma”.