“Buscaremos una forma de adaptarnos para poder llegar a los mayores”
Cáritas Santander busca fórmulas nuevas después de verse forzada a pausar uno de sus programas de más éxito con las personas mayores
Que las personas de edad avanzada han sido las más castigadas por la actual pandemia es una dura e indiscutible realidad. Un sufrimiento que no solo se refleja en el número de víctimas o enfermos por coronavirus, sino también en el de ancianos que se han visto envueltos en un entorno de caos, tragedia y desamparo en el que, además, han tenido que reducir o perder por completo algo tan vital para ellos como el contacto humano.
Cáritas Diocesana de Santander se ha volcado durante este tiempo para mantenerse al lado de estas personas y mejorar su calidad de vida en la medida de las posibilidades actuales. Por eso anuncia por el Día Internacional de las Personas de Edad que está buscando nuevas fórmulas para poder seguir atendiendo las necesidades de los ancianos más vulnerables sin ponerles en riesgo.
“Lo más duro fue durante el confinamiento. Nosotros acompañábamos a personas mayores que no tenían a nadie, que nadie les iba a ver,” narra Anna Català, coordinadora del área de Atención Primaria y Territorio de Cáritas Santander. “Para ellos fue muy duro”.
Anna fue una de las técnicos que coordinaron el curso pasado el programa ‘Acompañar y aprender de nuestros mayores’, que enlaza a residentes de centros geriátricos que sufren soledad con estudiantes de secundaria y bachiller, a través de un acompañamiento periódico y continuado. Era el primer año de Anna en este programa, ya consolidado en Astillero, Bezana y Cabezón de la Sal gracias a los voluntarios de las distintas Cáritas Parroquiales, y manifiesta la grata sorpresa que se llevó al comprobar el entusiasmo por parte de los jóvenes: “Hicimos la presentación en un instituto y se ofrecieron 50 chavales de golpe, nunca me lo hubiera esperado”.
Sin embargo, la creciente incidencia del Covid llevó a las residencias de ancianos a imponer estrictas restricciones de visitas y la actividad, que en ese momento atendía a casi 70 ancianos de Cantabria y tan buen resultado daba, tuvo que frenar de golpe. “Propusimos adaptar el programa en verano y que los chicos llamasen a los mayores con los que ya habían estado en contacto por teléfono,” explica la técnico de Cáritas. “De esta forma hemos podido acompañar a alguna persona en situación de mayor aislamiento que nos reclamaba”. Lamentablemente, las residencias vivieron un periodo muy complicado, de gran saturación y recursos limitados, y tampoco fue posible continuar esta dinámica.
“Por el momento no se nos permite entrar a las residencias, pero continuaremos buscando fórmulas de adaptarnos y llegar a los mayores”. Salvando la frustración inicial, Anna habla de las inmensas ganas que tiene todo el equipo de reactivar cuanto antes programas como el de ‘Acompañar y aprender de nuestros mayores’, con modalidades temporales como podría ser el intercambio de cartas con los mayores. “Para muchos de ellos era una interacción muy buena la que se creaba con los chicos en las visitas, un vínculo muy especial. Los mayores se sentían queridos y los jóvenes descubrían que eran capaces de tener una relación así con alguien de otra generación y aprender cosas nuevas”.
Mientras, Cáritas Santander recuerda que no hay que olvidarse del resto de personas mayores, que pueden estar viviendo en sus domicilios privados con mayor o menor independencia pero que en estos momentos son población vulnerable y requieren más que nunca de personas cercanas que les presten atención, les hagan compañía y se preocupen por su bienestar físico y mental. En opinión de Català, los capítulos dramáticos que se han vivido meses atrás han despertado una empatía especial en los ciudadanos: “La solidaridad que ha nacido en muchas familias y vecindarios durante el confinamiento es algo que no debe perderse”.
Con motivo del Día Internacional de las Personas de Edad, la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores -de la que forma parte Cáritas Española- ha presentado un manifiesto que reivindica un cambio en el modelo de cuidados, una ley integral para los derechos de las personas mayores y la reforma de la ley de autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia. Todo ello poniendo el foco en los derechos y la dignidad de las personas, como es marca del espíritu de nuestra organización. Potenciando el empoderamiento de las personas mayores y con discapacidad, contando con su opinión y abandonando el enfoque asistencial y proteccionista. “Porque en Cáritas no podemos permitir dejar a nadie atrás”.