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El papel de la mujer en el derecho a la alimentación

Reducir el número de hambrientos en el mundo es uno de los grandes retos del siglo XXI. Pero erradicar el hambre también significa defender el desarrollo integral de las personas y defender todos sus derechos básicos. Esta edición presta especial atención a la situación de la mujer por su falta de reconocimiento social frente a su importante papel para mejorar la economía y asegurar el bienestar de toda la familia.

 

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Reseña

Reducir el número de hambrientos en el mundo, cuando la población crece cada vez más de forma desigual, es uno de los grandes retos del siglo XXI. Pero erradicar el hambre también significa defender el desarrollo integral de las personas y defender todos sus derechos básicos, ya que el derecho a la alimentación es fundamental para que todos los seres humanos puedan vivir dignamente y en condiciones saludables.

Así, los Estados tienen la obligación de respetar, proteger y hacer que se cumpla este derecho. De nada sirven todas las declaraciones y leyes internacionales aprobadas hasta el momento si los ciudadanos no pueden disfrutarlo con todas las garantías.

En este número 17, miramos con especial atención la situación de la mujer por su falta de reconocimiento social frente a su importante papel para mejorar la economía y asegurar el bienestar de toda la familia. Ya que se deposita en ella una gran responsabilidad para lograr el desarrollo, se deberían poner en marcha las acciones necesarias para que el cambio ocurra. Y esta diferencia entre la ley y la práctica es aún mayor en el mundo rural.