Reseña
La palabra tiene una fuerza impresionante, para bien y para mal. Hay palabras bonitas y feas, palabras inteligentes y necias, palabras amigas y traidoras, palabras edificantes y escandalosas, palabras proféticas y diabólicas, palabras desgarradas y dichosas. Dichosas eran las palabras de Jesús, vivas, apasionadas. Brotaban de su corazón como de un manantial vivo