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Estudios que ofrecen al lector la situación de los colectivos más vulnerables en su territorio más cercano.
Ofrecemos apoyo a personas y familias que atraviesan situaciones de dificultad mediante acciones de acompañamiento social y la prestación de ayudas económicas y en especie. Estas ayudas van destinadas a colaborar con las necesidades básicas de alimentación, ropa y calzado, higiene infantil, comedor escolar, transporte, medicinas, suministros de luz, gas, etc.
A continuación, encontrará un formulario en el que podrá exponer su situación.
Una vez recibido su formulario de forma electrónica, un profesional de Cáritas revisará la información incluida en el mismo y se pondrá en contacto con usted, con el fin definir y/o ampliar aún más los datos que ha proporcionado, a través de una llamada telefónica y/o entrevista personal.
Anímate a formar parte de nuestro equipo.
Conoce los detalles de la convocatoria y los plazos para presentarte.
Envía un mensaje de solidaridad y esperanzo con nuestras tarjetas de Navidad. Puedes elegirlas digitales o en papel.
Si deseas más información, puedes puedes llamarnos al 619 268 939, o escribir a tarjetasdenavidad@caritas.es
Escoge la que más te guste y, si quieres, nosotros la personalizamos con tu mensaje navideño y el logo de tu empresa. Haz llegar a tus clientes y colaboradores una Navidad llena de esperanza.
Puedes comprar las cajitas con 10 unidades en nuestras Cáritas Diocesanas, en papelerías y grandes superficies. Si no las encuentras en tu localidad, mándanos un email y te decimos cómo conseguirlas.
Conflictos armados, pobreza, desigualdad, crisis ambientales o falta de oportunidades son algunas de las causas que llevan a muchas personas a migrar. Cáritas acompaña procesos de movilidad humana forzada poniendo en el centro a la persona, su dignidad y derechos. Coordinamos la acción a través de nuestra red internacional brindando acogida, acompañamiento y recursos a dichas persona a lo largo de su trayecto migratorio: origen, tránsito y destino.
Asomarse hoy a América Latina es ver una región que ha basado su desarrollo en un modelo productivo cortoplacista y agresivo con el medioambiente, vulnerando los derechos humanos de los pueblos que habitan el territorio. Por ello, Cáritas centra gran parte de su acción en la Amazonía, acompañando procesos vinculados a la promoción, exigibilidad y defensa de los derechos humanos: acceso a tierra, medios de vida, organización y liderazgo comunitario, entre otras.
El derecho a la alimentación es un sector prioritario para Cáritas en la región asiática. Centramos nuestra acción en la promoción de una agricultura familiar, ecológica y sostenible en zonas con altos índices de pobreza y desnutrición, implementando medidas de mitigación y adaptación al cambio climático que garanticen a las comunidades el derecho a la alimentación en condiciones de calidad y sostenibilidad ambiental.
Sufre las consecuencias de graves crisis humanitarias. Los diferentes conflictos armados afectan a millones de personas sin obtener soluciones por parte de los Estados y organismos internacionales. Cáritas considera que sin paz no hay desarrollo y por ello promueve iniciativas que contribuyen a la construcción de la paz apoyando a la sociedad civil afectada, trabajando por la prevención y reconciliación y favoreciendo el diálogo interreligioso.
La tensión social y política que vive actualmente Europa del Este, fruto del éxodo de millones de personas que huyen de la guerra y la pobreza, hace que centremos nuestra acción en la atención a las personas desplazadas y refugiadas. Nuestro trabajo se adapta a la realidad de las personas que atendemos y va desde la entrega de alimentos y medicamentos hasta el acompañamiento psicosocial desde el cuidado y la escucha.
Vivo en Zambales, junto a mi marido y nuestro ocho hijos. Es una provincia filipina azotada por tifones y afectada por las actividades mineras. Gracias al proyecto de Cáritas de derecho a la alimentación puedo producir abono orgánico para nuestro cultivo de arroz, nuestra cosecha ha mejorado y vendemos el excedente. Su familia ya no es tan vulnerable a los desastres naturales y el hambre.
Nuestro día a día es muy difícil, nos sentimos olvidados. Por eso convivir y realizar actividades con jóvenes de otros países que quieren conocer nuestra realidad es para nosotros un gran apoyo, nos hace ver que no estamos solos. Los lazos de amistad que se crean nos animan a ser el cambio que el mundo necesita.
Abandoné Siria con mis hijos, tenía que ponerles a salvo, mi marido se quedó allí. La huida ha sido espantosa, un trozo de metralla alcanzó a mi hijo y han tenido que operarle seis veces. Atravesamos Líbano, Túnez, Marruecos y finalmente llegamos a España, aunque dos de mis hijos tuvieron que quedarse y reunirnos más tarde. No quiero que ninguna familia tenga que pasar lo que nosotros hemos vivido.
En nuestra aldea las mujeres hemos estado marginadas durante muchísimo tiempo y nuestros derechos no eran considerados, desgraciadamente es algo bastante frecuente en República Democrática del Congo. Los pequeños conflictos pueden llegar incluso a la intervención de grupos armados. Por eso hemos decidido movilizarnos y organizarnos en comités que nos permiten luchar y defender nuestra dignidad.
Pertenezco a una comunidad indígena, pero he tenido que venir a vivir a Bogotá porque asesinaron a mi marido cuando defendía nuestras tierras y me vi sola con mis tres hijos. Vivimos en una tienda de campaña y yo hago y vendo artesanías, no queremos mendigar. Cada día lucho por mantener todo lo bueno de mi cultura indígena, pero es duro vivir lejos de la tierra donde nací.
El modelo de cooperación de Cáritas tiene un modo de ser y de hacer propio, basado en la cooperación fraterna y expresado en una alianza solidaria entre Cáritas hermanas e Iglesias locales que se comprometen con la justicia y el servicio a los más empobrecidos. Es diferenciador y significativo en nuestro modelo el vínculo de comunión que se establece con las Iglesias locales a través de las Cáritas locales para el ejercicio conjunto de nuestra misión: estar al lado de los últimos y no atendidos.
La cooperación fraterna, inspirada y fundamentada en la Doctrina Social de la Iglesia, pretende promover no sólo el crecimiento económico sino todos los aspectos vitales y relacionales de la persona y de las comunidades. Un desarrollo humano integral centrado en las potencialidades y en los procesos más que en los espacios y metas alcanzados.
Este “Modelo de Cooperación Fraterna” nos plantea dos retos principales:
Según indica la Doctrina Social de la Iglesia, la promoción debe llevar al hombre y a la mujer a pasar de condiciones de vida menos justas a condiciones cada vez más dignas.
La promoción de la persona, especialmente en el caso de la mujer y la infancia, se hace imprescindible al verse más afectada por situaciones de vulnerabilidad estructural que impiden el ejercicio de sus derechos y capacidades a lo largo de su vida. Por ello, el trabajo a realizar desde una mirada de derechos es fundamental.
Es imprescindible promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres como principal estrategia para superar la pobreza, o cualquier vulneración de sus derechos humanos. Empoderamiento como estrategia para reducir su vulnerabilidad y toma de conciencia de sus propios derechos, capacidades e intereses, con el objetivo de facilitar su participación y desarrollo humano.
Supone contribuir a la mejora de su situación social y su calidad de vida y significa:
Hacer efectivos los derechos de la infancia supone una labor que garantice:
Toda persona tiene derecho a una alimentación adecuada y suficiente, para poder llevar una vida saludable y activa. La vulneración de este derecho perjudica especialmente a las mujeres y niñas/os y perturba la paz y la convivencia. Su satisfacción es esencial para combatir la pobreza y contribuye a mitigar las causas de las migraciones forzadas dentro y fuera del propio país.
Para llevar a cabo un proyecto de vida, las personas precisamos de un lugar en el que cubrir nuestras necesidades fundamentales, y que nos den acceso a la alimentación, la vivienda o el empleo. La tierra, además, supone un elemento de integración cultural y social, que genera un arraigo fundamental para las personas y comunidades que la habitamos.
La educación nos permite integrar valores, desarrollar capacidades y adquirir los conocimientos necesarios para desenvolvernos en la vida. En particular, es la educación y la formación las que nos posibilitan el acceso al empleo, uno de los pilares básicos para nuestra realización como seres humanos, gracias al cual podemos garantizar unas condiciones dignas de vida.
Promover quiere decir esencialmente trabajar con el fin de que a todos los emigrantes y refugiados, así como a las comunidades que los acogen, se les dé la posibilidad de realizarse como personas en todas las dimensiones que componen la humanidad querida por el Creador.
Papa Francisco
Llegó en patera a Melilla. Ahora trabaja como traductor y como espetero en la playa en verano.
Son situaciones de crisis humanitaria prolongada y grave en las que las poblaciones afectadas no reciben ayuda internacional o ésta es insuficiente.
Después de haber vendido todo para venir a España desde Venezuela, Samantha aún conserva unos pendientes regalo de su padre, al que ha prometido no quitárselos hasta que vuelva a verle. Vive en España junto a su madre y es una brillante estudiante que el año próximo empezará bachillerato internacional.
Dejó Marruecos junto a su marido buscando oportunidades en Europa. Ahora es viuda y vive con sus hijos y sus dos nietos.
Proteger se conjuga en toda una serie de acciones en defensa de los derechos y de la dignidad de los emigrantes y refugiados, independientemente de su estatus migratorio.
Papa Francisco
Tras llegar a nuestro país, Hayouba se está formando en mantenimiento de edificios y comparte piso con otros compañeros. Pero su historia empezó hace meses en Burkina Faso, de donde salió con tan solo trece años.
Son aquellos menores que llegan a nuestro país sin estar acompañados por ningún adulto. Son niños y niñas, antes que migrantes, que deben ser protegidos y documentados conforme a nuestra legislación, aunque la realidad es otra. Deberíamos contemplar su protección como una inversión en nuestro futuro.
Cuando entras en el barco, olvidas todo lo que has pasado y piensas en todo lo que quieres conseguir. Cuando la policía nos detuvo en Málaga les dije que tenía 22 años. La policía nos dio el teléfono para poder llamar a la familia y mi tía estaba feliz porque había llegado. ¡El camino había sido casi 11 meses!
Cuando llegué a Santander fui a Cáritas y consiguieron traer mis papeles de Camerún. La policía me dijo que tenía más de 18 años y me dejó en la calle con una orden de expulsión. Tenía el resguardo del pasaporte que decía nacido en 1999, pero la policía dijo que el acta de nacimiento no valía. Yo no entendía el español y volví a Cáritas: casi tres años peleando en juicios por mis papeles, viviendo entre el centro y en el piso de Caritas.
Me veo muy cambiado, ya no soy el chico que tenía rabia en la valla. Ahora me veo más educado y doy las gracias a Dios por todo esto. A veces mi tía está enferma y querría verla algún día para darle un beso grandísimo. En los próximos años, quiero terminar mis estudios y ojala jugando fútbol profesional pueda ayudar a mi familia, hay que echar la mano a quien lo necesita…
En Bangladesh trabajaba en una tienda, pero luego no tenía suficiente para vivir allí. Pedí el visado y decidí viajar a España. He dejado padre, madre y mi mujer y mis tres hijos, todos están allí. Ella los cuida y ellos están estudiando. Echo en falta a mi familia. Hablamos por teléfono de modo habitual, yo envío dinero. Fue triste para mí no poder estar con ellos el día de la boda de mi hija.
Vine a España porque aquí vive un amigo. Vivo en Zamora, en un piso compartid que es muy traquilo, trabajo en una tienda, Caritas me ayuda cuando no llego a pagar la renta. En Caritas me han enseñado español, he tardado 3 años.
Me gustaría volver a Bangladesh cuando ya no pueda trabajar más aquí, de mayor.