Cáritas, 12 meses después
En este segundo número de “Alianzas que dejan huella”, queremos compartir con vosotros la realidad que estamos viviendo en Cáritas desde hace un año. Una realidad similar a la de millones de españoles, y que todos hemos vivido en primera persona.
Queremos también trasmitir el dolor por todas las pérdidas que esta pandemia está originando y por el sufrimiento que está provocando en las personas, familias, y empresas e instituciones que componen nuestra sociedad. Sufrimiento que se ve agravado por la crisis socioeconómica que la pandemia está provocando.
Sin embargo, las crisis no afectan a todos por igual. A través de esta newsletter queremos abriros la puerta de la realidad que viven las personas más vulnerables de nuestra sociedad, a muchas de las cuáles acompañamos desde Cáritas.
Solo en los primeros meses de la pandemia el número de demandas de ayuda que recibieron las Cáritas se incrementó un 57%. En todo este tiempo, 500.000 personas han solicitado el apoyo de Cáritas por primera vez. Nuestro empeño ha sido fortalecer nuestra ayuda y diseñar nuevas maneras de acompañar, de estar ahí, de una manera eficaz y segura.
La respuesta de Cáritas durante el periodo de pandemia ha sido posible gracias a la solidaridad de miles de personas, familias, instituciones, empresas y autónomos de todos los sectores de actividad, y al compromiso incondicional de las personas voluntarias y contratadas de Cáritas.
Todos respondieron de manera extraordinaria, en la distancia, para salir al encuentro de las personas que estaban siendo duramente azotadas por la pandemia. Esta explosión de solidaridad puso de manifiesto el poder que tenemos las personas cuando nos unimos ante una causa común.
Cáritas ha reaccionado a esta solidaridad demostrando su capacidad para adaptarse a las nuevas condiciones de una manera rápida y eficiente, adoptando medidas eficaces para atender a la emergencia y, al mismo tiempo, persistiendo en la respuesta a las necesidades que ya existían de anteriores crisis. Necesidades que tienen que ver con causas estructurales de una sociedad claramente injusta con los más vulnerables.
A través de estas páginas os invito a conocer las acciones que hemos llevado a cabo para dar una respuesta adaptada a las necesidades de las familias con niños, niñas y adolescentes, de los mayores en situación de soledad, de las personas que viven en la calle, y de aquellas que se enfrentan a la pobreza y la exclusión más allá de nuestras fronteras.
Una respuesta que no habría sido posible sin el compromiso y el apoyo de miles de personas e instituciones que nos habéis acompañado en este camino.