Cáritas con Mozambique
A los efectos de los desastres naturales se añade la violencia de los grupos armados.
Hoy, el norte de Mozambique es el epicentro de un conflicto que tiene consecuencias devastadoras para la población de la zona. Los grupos armados libran ataques en una región compleja y rica en recursos, en donde comunidades todavía sufren los efectos del ciclón Keneth (abril 2019) y las últimas inundaciones (diciembre 2019-enero 2020).
La situación ahora
El número de personas desplazadas crece día a día en Cabo Delgado, provincia norte de Mozambique y donde Caritas Española acompaña el trabajo de nuestra Caritas hermana desde hace más de 15 años. Solo en febrero, al menos 200.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares a causa del recrudecimiento del conflicto en la provincia; se calcula que desde el comienzo de la violencia 600.000 personas han huido.
Los habitantes de numerosas aldeas de la provincia vienen sufriendo ataques desde hace meses. Se trata de grupos de insurgentes que, enarbolando la bandera del Estado Islámico entran en los pueblos, metralleta en mano e incendian viviendas, comercios y edificios oficiales. Cuando comenzaron los ataques, hace ya dos años, las familias volvían a sus hogares al cabo de los días, reconstruían sus viviendas y regresaban a sus actividades en los campos de cultivo de los que dependen enteramente para subsistir.
Sin embargo, estos episodios, entonces aislados, se han hecho recurrentes, se han extendido y el Gobierno reconoce la gravedad de los mismos, como ataques terroristas. Hace meses que los supervivientes huyen hacia el sur y lo hacen siendo conscientes de que no van a poder volver, aunque eso signifique perder sus hogares y medios de vida e, incluso, a familiares.
El destino de muchos de ellos es Pemba, la capital de la provincia que desde hace meses es testigo de la entrada de miles de desplazados cada día. Se trata de familias que acuden a la localidad en busca de algún familiar o conocido que les de refugio. Aquellos que no tienen esa posibilidad, se agrupan en torno a escuelas o centros de salud y forman multitud de pequeñas comunidades de desplazados. Llevan consigo el hambre, el miedo y el agotamiento; su prioridad es la búsqueda de seguridad.
Sin embargo, se trata de habitantes de zonas rurales, cuyo sustento ha dependido siempre de las actividades agrícolas, pero sus campos de cultivo quedan ya muy lejos. Incluso poblaciones pesqueras al completo se han visto obligadas a huir hacia el interior, imposibilitando igualmente el acceso a sus medios de vida. Los alimentos escasean y aumentan los precios en los mercados.
Respuesta humanitaria
La ayuda humanitaria es una prioridad en Pemba y alrededores. En barrios con enormes necesidades, se concentran ahora desplazados acogidos en familias, que fueron a su vez afectadas por el ciclón Keneth y del que todavía no han conseguido recuperarse. La inseguridad alimentaria se hace patente.
Según ONU, más de 700.000 personas necesitan asistencia humanitaria actualmente. La falta de refugios, el acceso limitado a alimentos y los brotes de enfermedades son una preocupación para estas poblaciones desplazadas. Aproximadamente solo un 40% de la población de Cabo Delgado tiene acceso a agua potable, para los desplazados internos que viven en refugios improvisados se reduce a puntos de agua auxiliares para miles de personas, en un momento en el que se había detectado un brote de cólera en las zonas en conflicto y ahora con esa población desplazada, aumenta significativamente el riesgo de propagación. Cabo Delgado es una de las provincias más afectadas de malaria en Mozambique, con una tasa de prevalencia del 57%.
Los movimientos de población son continuos y esto dificulta la identificación y la entrega de ayuda a una población en continuo movimiento tanto dentro de Pemba como hacia otras ciudades, siempre hacia el sur. Caritas Pemba está redoblando sus esfuerzos para llegar a estas familias que cada día se multiplican.
En los últimos meses, con el apoyo de Carita Española, se ha podido atender a 13.000 desplazados con kits de ayuda alimentaria compuestos por: frijoles, sal, aceite, arroz y harina de maíz.
Nuestra acción
Caritas Pemba participa en un cluster (como se denomina a los grupos de coordinación internacional por sectores) de emergencia, donde las diferentes organizaciones comparten información sobre sus actividades y sobre los lugares de intervención. El objetivo es maximizar esfuerzos, evitar duplicidades y alcanzar al mayor número de familias posibles.
Y en todo este contexto, el virus COVID-19, llega a Cabo Delgado a través de las empresas internacionales que explotan los recursos de la zona norte. Tímidamente en un comienzo, pero con importante crecimiento del número de afectados en los últimos meses, a pesar de las medidas de confinamiento establecidas por el Gobierno desde el pasado mes de abril. Los contagios, al igual que los ataques terroristas, no han parado.
Caritas Española continúa el acompañamiento del trabajo de Caritas Pemba a través de diferentes proyectos de seguridad alimentaria actualmente en ejecución, y en todos ellos se han diseñado e implantado medidas de prevención y sensibilización en las comunidades, a través de charlas en pequeños grupos, confección y distribución de mascarillas, distribución de tanques de agua y jabón para lavado y desinfección.
“Donde no hay justicia social, derechos respetados, dignidad humana, no puede haber paz. Con una parte de la sociedad abandonada en la periferia, sin acceso a la educación, la salud, la falta de trabajo y perspectivas, los grupos insurgentes toman fácilmente a los jóvenes”.
Dom Luiz Fernando Lisboa, Obispo de Pemba.
Apoya a la población afectada
Apoya la distribución de alimentos.
Colabora con la entrega de material de primera necesidad y kits de higiene.
Contribuye a mejorar las condiciones de vida de las comunidades.
También puedes colaborar en estas cuentas bancarias
Santander: ES77 0049 6791 7629 1600 0391
CaixaBank: ES46 2100 5731 7102 0028 5447