La República Democrática del Congo se enfrenta a la epidemia de ébola más mortífera de la historia después del brote que asoló en 2013 África occidental.
Esta última se cobró 11.400 vidas en 3 países entre 2014 y 2016, y, además, devastó los sistemas sanitarios de los 3 países.
El primer caso apareció el 1 de agosto de 2018 y desde entonces el ritmo de su propagación ha sido imparable a pesar de los medios desplegados por la comunidad nacional e internacional.
La detección de un caso en Goma, capital de Kivu del Norte ha llevado a la OMS a declarar el presente brote una emergencia de salud pública internacional, debido a las altas probabilidades de propagación más allá de las fronteras de la República Democrática del Congo.
Goma es un importante núcleo de actividad económica, humanitaria y política y punto de denso tránsito de personas entre RD Congo y Uganda, Ruanda, Kinshasa –la capital del país-, Kivu del Sur, e incluso Europa, pues cuenta con aeropuerto internacional.
Apoyamos a las Cáritas locales, junto con otras Cáritas del Norte (CAFOD, Cáritas Internacional Bélgica), el Programa Mundial de Alimentos y UNICEF para:
Para poder cumplir dichos objetivos, los miembros del proyecto en las zonas afectadas se apoyan en células comunitarias de entre 5 y 10 personas que han de ser equipadas con material apropiado (botas, guantes, termómetros), en los jefes de distrito y otros líderes sociales influyentes y en las parroquias para comunicar eficazmente sobre estos aspectos y cambiar así el comportamiento de la población
Estas acciones se están ejecutando en las Provincias de Kivu del Norte, Ituri y Tshopo; pero sería necesario extender la acción a las provincias fronterizas e incluso a otros países, para prepararlos ante una posible propagación.
A pesar de los medios desplegados por la comunidad nacional e internacional y de los aprendizajes derivados de anteriores epidemias, el presente brote está siendo muy difícil de contener por las razones siguientes:
Las medidas de prevención son sumamente invasivas (cuarentenas, modificación de los ritos funerarios de las comunidades), y, por tanto, su aplicación por la población afectada, no resulta sencilla.
Ningún actor internacional ni nacional goza de una implantación territorial y una legitimidad en la zona comparables a la de la Iglesia y las Cáritas locales, lo cual, dado el contexto descrito anteriormente de reticencia y desconfianza de las poblaciones, confiere a estas instituciones una capacidad importantísima de sensibilización e información, dirigidas a crear compromiso efectivo de las poblaciones con la contención de la epidemia. Por tanto, dentro del dispositivo de coordinación internacional, Cáritas y la Iglesia, a través de su red territorial, están desempeñando el papel clave de informar y convencer a las poblaciones de la existencia de la epidemia, de la necesidad de aplicar las medidas de prevención, incluidos el respeto de las cuarentenas y de los protocolos de enterramiento de los fallecidos.
Emergencia “Cáritas R.D. Congo-ébola”
La Caixa: ES27 2100 5731 7102 0029 9272
Bankia: ES82 2038 1010 6160 0080 0427
Santander: ES56 0049 6791 73 2116001176