Noticia30/03/2020

30 de marzo, Día de las Trabajadoras del Hogar: desde Cáritas seguimos denunciando su situación

Urge garantizar la protección al desempleo de estas empleadas ante el coronavirus.

Conscientes de que la situación que vivimos con la crisis del coronavirus, hace más invisibles a las personas más desfavorecidas, Cáritas quiere denunciar un año más la situación precaria de este colectivo.

Durante el año 2019 la bolsa de empleo doméstico de Cáritas Diocesana de Cáceres recibió más de 100 llamadas de familias o personas interesadas en la contratación de trabajadoras del hogar. De todas estas llamadas, se gestionaron 61 inserciones que dieron trabajo a 51 personas, de las que el 85% fueron mujeres. Por el trabajo que realiza, Cáritas constata la precariedad, la feminización y la vulnerabilidad de derechos de este colectivo.

Así, aunque el sistema especial de empleadas de hogar se incluyó en 2012 dentro del Régimen general de la Seguridad Social, las personas afiliadas a este sistema no cotizan por desempleo, ni para el FOGASA, ni por formación profesional; por lo que no tienen derecho a beneficiarse de estas contingencias. Tampoco cotizan en función de sus ingresos reales, sino en base a tramos salariales.

Cuando se creó este sistema especial, se estableció el año 2019 como el máximo para equiparar los derechos de con los del resto de afiliados al régimen general. Sin embargo, se ha ido posponiendo hasta 2021.

Al inicio de la crisis del Covid-19, de nuevo este colectivo, se vio discriminado quedando fuera del subsidio extraordinario que el gobierno había aprobado para los trabajadores que pierden su trabajo por este motivo. Posteriormente se rectificó y está pendiente, en el próximo Consejo de Ministros, de incluirlo en estas prestaciones. Aun así, no nos podemos olvidar que el 30% de las trabajadoras del hogar que están trabajando irregularmente en este sector quedarán de nuevo fuera de este derecho.

Cáritas, lanzó el año pasado una Campaña “Contrato con buen trato” que reivindica el cumplimiento de sus derechos, que debe comenzar por cada uno de manera individual; y en primer lugar con la valoración a la persona y al trabajo que realiza, pues en manos de estos/as profesionales se encuentra la casa, la alimentación, los hijos y los mayores.