Economía solidaria en Balcanes
Iniciativas empresariales que dan oportunidades tanto a las personas empleadas, como a las atendidas.
El proyecto en un vistazo
- Quién lo hace: Cáritas Bosnia-Herzegovina.
- En qué consiste: Ayuda a empresas de economía solidaria afectadas por la crisis del coronavirus.
- Presupuesto: 60.000 €.
Apoyamos pequeñas iniciativas de economía social que dan empleo a población vulnerable y que se han visto afectadas por la crisis del coronavirus.
Contexto
La región de los Balcanes se caracteriza por tener estados aún frágiles en lo que a servicios sociales se refiere, una alta tasa de desempleo y una emigración de jóvenes en edad de trabajar en busca de nuevas oportunidades.
Ante esta situación, desde hace años se vienen apoyando iniciativas de economía solidaria, que dan oportunidades tanto a las personas empleadas, como a las atendidas.
Cáritas Española apoya este proceso desde 2016, junto con Cáritas de otros países europeos.
Tal y como ha pasado en otros sitios, a la crisis sanitaria provocada por la covid-19 le seguirá una crisis socio económica muy grave. Las empresas sociales que habían iniciado hacía un tiempo su actividad se han visto afectadas por el cierre de servicios, imposibilidad de vender sus productos, etc.
Durante los meses de emergencia y confinamiento, muchas han intentado mantener al personal contratado y han tratado de dar sus servicios online. Actualmente sus fondos de reserva están prácticamente agotados y no hay ingresos con los que cubrir los costes de actividad.
En vista de un próximo brote de coronavirus apostamos por reforzar a estas empresas a través del presente proyecto. En base a unos criterios establecidos, las empresas sociales presentan un proyecto para poder adaptarse a la covid-19 antes de que estalle la nueva ola.
La cantidad máxima a financiar por empresa es de 5.000 euros que se destinan a actividades relacionadas con la adaptación a la nueva normalidad en los siguientes 4 meses:
- Aumentar ventas online.
- Adaptación de espacios con distancia social.
- Diseño de herramientas de trabajo.
- Acompañamiento on line a personas vulnerables.
Se apoyarán pequeñas iniciativas de economía social que dan empleo a población vulnerable y que se han visto afectadas por la crisis del coronavirus. Asimismo, se apoyarán empresas relacionadas con la agricultura local que emplean a personas vulnerables, y que dan vida al mundo rural evitando la fuga de población en edad de trabajar.
La región balcánica ha sufrido varias crisis en los últimos años: desastres naturales, crisis migratorias, inestabilidad política y ahora la pandemia. La región se mueve en un ecosistema frágil, y la covid-19 amenaza con fragilizarla más todavía. Es por ello por lo que se hace muy importantes que las empresas sociales se focalicen en producir bienes esenciales y de primera necesidad (productos alimenticios y agrícolas, artesanía, servicios sociales esenciales). La demanda de estos productos se ha visto menos afectada.
Nuestra acción
En el contexto actual, todas las empresas de economía social van a tener que reinventarse y adaptar su actividad para poder seguir en activo.
Para conocer las necesidades reales, se ha lanzado a todas las Cáritas de Balcanes, un cuestionario que permite ver el impacto real de la covid-19 en cada empresa social. El resultado cuantitativo y cualitativo de las 47 empresas sociales en 8 países (Albania, Bosnia- Herzegovina, Bulgaria, Grecia, Kosovo, Montenegro, Norte de Macedonia y Serbia) nos ha permitido diseñar la estrategia de intervención.
Apoyamos pequeñas empresas muy frágiles, con unos ingresos anuales de menos de 50.000,00 euros y en su mayoría con menos de 10 personas.
El valor social de estas empresas se considera más importante que el económico. Las personas, especialmente las más vulnerables, están en el centro de la misión de la empresa. Estas personas y sus familias ven que la empresa da un giro en positivo a sus vidas.
Si la crisis continua, y los mecanismos de apoyo permanecen débiles, las empresas sociales están en riesgo de quiebra, y los trabajadores de perder su empleo o empeorar sus condiciones laborales (más horas o menos sueldo).
Si las empresas sociales continúan ofreciendo el mismo tipo de producto o servicio, corren el riesgo de perder su mercado tradicional, ya que las necesidades han cambiado, y tampoco llegarán a nuevos clientes. Es por esto por lo que ese necesita un mayor grado de creatividad y flexibilidad. Hay que ampliar la mirada para identificar nuevos nichos, modificando y adaptando lo hasta ahora producido.