La Guardia Civil con los más necesitados

Estas religiosas fundadas en 1983 en Francia, aúnan la vida contemplativa y la vida activa, siguiendo la espiritualidad de Santo Domingo y san Francisco, establecieron hace más de treinta años una fraternidad en el corazón de la Ciudad Condal, en la parroquia de San Jaime, siendo un remanso de paz y espiritualidad que ayuda al encuentro con Dios. Por su carisma se acercan especialmente a los más pobres para compartir la oración, la celebración y la amistad y así mostrar le rostro de Dios a cuantos abran sus corazones.

Durante estos días han sufrido la pandemia que se ha hecho tanto el fraternidad femenina como en la fraternidad masculina. Por esto pidieron el apoyo para poder desinfectar todas sus instalaciones y poder reabrirlas para volver a atender aquellos que acuden a buscar ayuda humana y consuelo espiritual. Con prontitud y rapidez la Guardia Civil acudió a esta llamada y a través de su efectivos realizó las tareas necesarias para que el templo pudiera volverse a reabrir y las instalaciones asistenciales volvieran a poder atender a cuantos acuden.

Fue especialmente emotivo que al finalizar la actuación las hermanitas quisieron agradecer a los guardias su servicio y lo hicieron con lo único que poseen: su oración. Tres hermanas elevaron un canto, que es una bendición, pidiendo al Señor que bendiga y proteja a la Guardia Civil.

Javier Orpinell Marco
Capellán en Barcelona