El Arzobispado celebra la festividad de San Juan de Capistrano, patrón de los capellanes.

Desde las instalaciones del Arzobispado se ha mantenido una videoconferencia con todos los capellanes en la que D. Juan del Río les transmitió un saludo y los mejores deseos en una situación tan difícil como la actual. Les animó a mantener la gran actividad pastoral y asistencial que han desarrollado en los últimos meses para afrontar las consecuencias del coronavirus y sus secuelas socio-económicas que afectan a las familias, incluidas las formadas por militares, guardias civiles y policías nacionales.

Monseñor Juan del Río presentó a continuación al Vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, Fernando Giménez Barriocanal que impartió la ponencia “Economía, transparencia e Iglesia”, esta exposición fue completada por el general de brigada del Cuerpo Militar de Intervención, Juan Rodríguez Collado, ecónomo del Arzobispado, que aportó información sobre la política económica del Ministerio de Defensa.

En el rezo del Ángelus participaron de forma telemática los capellanes dirigidos por D. Juan del Río que despidió la conexión establecida con decenas de ciudades españolas.

En la Catedral de las Fuerzas Armadas el Arzobispo castrense presidió la Eucaristía con renovación de las promesas, bendición de los Óleos y Consagración del Crisma. A la Santa Misa solo fue concelebrada por los equipos de gobierno del Arzobispado, del seminario, los Vicarios Episcopales y algunos capellanes de la plaza de Madrid que en todo momento guardaron las distancias y las normas sanitarias en vigor.

San Juan de Capistrano, patrón de los capellanes, nació en la montañosa ciudad italiana que le da nombre Capistrano a finales del siglo XIV. Tuvo una gran facilidad para los estudios de tal forma que con 26 años consiguió el título de juez y posteriormente el cargo de gobernador de Perugia. Ejerciendo esa responsabilidad cayó prisionero de una ciudad rival, hecho que le permitió reflexionar y decidió dar un giro a su vida de tal forma que fue ordenado sacerdote con 33 años.

San Juan de Capistrano durante 40 años ejerció su vocación sacerdotal con indudable éxito ante los fieles que encontraron a través de sus inspirados sermones, que podían durar dos o tres horas, una forma de acercarse a Jesucristo.

Durante su vida recibió encargo de cumplir diversas misiones diplomáticas por encargo de los Papas y. por tanto, ejerció su ministerio por diversos lugares de Europa que sufría fuertes convulsiones provocadas por la actividad bélica otomana.

Misa Retrasmitida Aqui