Desde Cáritas Castrense: Impresiones de esta crisis
La crisis nos azotó como azota un terremoto. Una de las primeras sacudidas fue el fallecimiento de uno de nuestros magníficos voluntarios. Era Juan, el secretario de la Cáritas Parroquial de Alcalá de Henares.
Desde Cáritas Castrense: Impresiones de esta crisis
La reacción necesaria ante el “choque” inicial.
La crisis nos azotó como azota un terremoto. Una de las primeras sacudidas fue el fallecimiento de uno de nuestros magníficos voluntarios. Era Juan, el secretario de la Cáritas Parroquial de Alcalá de Henares, una persona entrañable y de gran valía, marido de la directora, nuestra querida Pilar, y colaborador incansable en el equipo. No fue un buen comienzo, pero de este golpe y de otros sucesivos que hemos sufrido, nos hemos tenido que sobreponer con Fe y oración.
Y claro que nos sobrepusimos; contando con la ayuda y las orientaciones de los Servicios Generales de Cáritas conseguimos adaptarnos a esta nueva y dura situación para continuar ayudando a quien nos pudiera necesitar. Tras constituir un reducido “comité de crisis” adaptamos con celeridad nuestros programas en curso de acogida y atención primaria, de ayuda a mayores y a personas con discapacidad, por medio de seguimientos telefónicos, teletrabajo y asistencia presencial en los casos requeridos.
Una avalancha de solidaridad.
Estamos siendo testigos privilegiados de los valores cargados de positividad que puede albergar el ser humano y que se hacen visibles en situaciones críticas como la presente. Y si ello lo vemos desde el prisma de la Fe, nos ayuda a conservar la Esperanza y a ver con ojos más benevolentes la sociedad que nos rodea. La ola de solidaridad que se observa en el ambiente general y que se materializa en múltiples gestos, también nos ha llegado a nosotros.
Con la ayuda de nuestra presencia en la página web y redes sociales ha surgido un buen número de nuevos donantes, tanto particulares como empresas, que nos han proporcionado desinteresadamente todo lo necesario en estos momentos: material sanitario, mascarillas, batas, pantallas protectoras, alimentos, y también recursos económicos. No han sido pocas las unidades militares que, con la guía de sus capellanes, han realizado campañas relámpago de recogida de alimentos que se entregan a las Cáritas hermanas, al Cottolengo y a otros necesitados.
Los necesitados aumentan. Y esto va a más.
En este corto espacio de tiempo ya hemos apreciado un considerable aumento de nuevas personas con necesidades, que se suman a las que ya atendíamos con anterioridad. Como estas nuevas necesidades son mucho más básicas y perentorias, tratamos de prepararnos para darle a su vez las respuestas adecuadas. Nuestro proyecto “cerca de ti”, que se basa en mantener un número de teléfono de asistencia permanente con su correspondiente sistema de actuacón, ha acogido a un creciente número de personas muy necesitadas, que acuden al primer teléfono que encuentran. Desde Cáritas Castrense atendemos con cariño todas las llamadas y procuramos dar respuesta y procesar los casos trabajando en red con las Cáritas hermanas o bien ,cuando procede, derivando las situaciones a los correspondientes servicios sociales.
Pero esta crisis también ha provocado nuevas y distintas necesidades también destacables. Nos conforta el hecho de poder ser útiles ayudando a residencias, centros de discapacidad y conventos de congregaciones religiosas que, en los momentos de mayor tensión y alarma por los fallecimientos, acudían a nosotros o nos llegaba conocimiento de su situación. Así, a través de nuestras relaciones con mandos y autoridades militares hemos propiciado entregas de material sanitario o desinfecciones de locales por parte de la UME y la Guardia Real, que han ayudado de forma significativa a salvar vidas y a confortar corazones.
La especificidad de Cáritas Castrense.
También nuestra especificidad se ha puesto de manifiesto en esta crítica situación. Nuestra diversidad puede y debe considerarse también como un rasgo o característica positiva. Por ejemplo, algunas de nuestras Cáritas Parroquiales están ubicadas en bases o unidades militares cuyos miembros, que están en servicio profesional activo, realizan el voluntariado en su tiempo libre. Ello implica que su labor en Cáritas la realizan de manera muy flexible. Durante su servicio en territorio nacional participan en los proyectos diocesanos con actuaciones de voluntariado, de sensibilización, realizando acompañamientos, organizando actividades solidarias para recaudación de fondos o preparando envíos humanitarios. Pero cuando tienen que desplegar en misiones operativas en el exterior han de dejar su Cáritas Parroquial “durmiente” unos meses hasta su regreso, en que se reactiva.
Una circunstancia parecida ha ocurrido ahora en alguna Cáritas Parroquial donde sus voluntarios están en servicio activo. Su participación en la “Operación Balmis”, de apoyo de las FAS a la población civil, les requiere dedicación plena en los dos turnos de 15 días, donde alternan el servicio operativo con el aislamiento para no contagiarse. Y aunque su Cáritas Parroquial está “durmiente”, lo es con una excelente justificación: siguen haciendo un servicio imprescindible a la sociedad a la que sirven. Estamos muy orgullosos de ellos.
…Y la tecnología juega a favor.
Algún buen efecto debía producirnos esta situación tan dolorosa. Uno de ellos es el aprovechamiento que hemos tenido que hacer de la tecnología en la era del internet y de las comunicaciones, al igual que todo el mundo. La situación actual nos ha obligado a recurrir con profusión al teléfono, al ordenador, al teletrabajo y las reuniones virtuales, que con anterioridad utilizábamos solo tímidamente. Estos medios tecnológicos nos han permitido continuar actuando en beneficio de aquéllas personas que nos necesitan. Continuar de otra manera, pero sí, continuar…
Nuestro “comité de crisis” se ha podido reunir desde la declaración de estado de emergencia en siete ocasiones, así como establecer contacto en reuniones virtuales con 24 Cáritas Parroquiales distribuidas en todo el territorio nacional. Ello nos ha permitido acompañarnos mutuamente, rezar juntos y coordinar las actividades del sistema montado para seguimiento de las situaciones de las personas que apoyamos en nuestros programas. De hecho, hasta se organizó una divertida sesión de baile “zumba” en “streaming” con el proyecto de atención a personas con discapacidad intelectual.
De esta manera, nuestra Institución que tiene ya más de 300 voluntarios, ha implicado directamente a 112 de ellos en la materialización de los seguimientos telefónicos y actuaciones presenciales a un número superior a 200 personas de familias con necesidades, a más de 200 mayores y a 60 con algún tipo de discapacidad. Probada ya la eficacia de utilizar estos medios como herramienta básica, y superada la inicial reticencia de algunos a familiarizarse con ellos, los procedimientos de trabajo con estos soportes tecnológicos se quedan ya para siempre con nosotros.
Rafael Barbudo Gironza
Director General de Cáritas Castrense
Madrid, a 7 de mayo de 2020
Para ver el reportaje publicado en revista Vida Nueva
Rafael Barbudo Gironza
Director General de Cáritas Castrense