Economía solidaria30/01/2019

Recuperar la cultura agrícola de Menorca

Abdallahi y Juan Carlos comparten con nosotros su experiencia en el proyecto “Árboles de Algendar”.

Juan Carlos y Abdallahi llegaron a Menorca desde lugares opuestos del globo. Les separaba todo un océano. Juan Carlos es de Colombia y Abdallahi es ciudadano saharaui. Ahora ambos viven en Ciutadella y participan en “Árboles de Algendar», el proyecto de agricultura de Cáritas Diocesana de Menorca que tiene por objetivo la inserción socio-laboral de personas en riesgo de exclusión.

El proyecto «nació hace más de diez años como una experiencia de recuperación de la “agro-cultura” específica de la isla. Con este objetivo se puso en marcha el vivero del mismo nombre, “Árboles de Algendar», que produce árboles frutales de variedades tradicionales de la isla, además de especies forestales autóctonas. Tanto Juan Carlos como Abdallahi se han formado allí como peones agrarios y han conseguido un contrato de inserción para hacer tareas de fruticultura ecológica. Ambos han querido compartir su experiencia con nosotros.

“Este tiempo trabajando en ‘Árboles de Algendar’ ha sido de mucha ayuda ya que he aprendido todo lo relacionado con la agricultura ecológica, que es nuevo para mí. Me parece importante, tanto para conservar el medio ambiente como para evitar enfermedades de los trabajadores y de los que consumen la fruta”, explica Juan Carlos.
Él ya tenía experiencia en el sector agrícola, “pero en las plantaciones de banano de Colombia, y allá se trabaja muy diferente –añade–. Allá es todo con machete, y aquí tenemos maquinaria que nos facilita el trabajo”
Para Abdallahi, “la técnica de riego por el método antiguo” ha sido uno de los aprendizajes más interesantes y algo que le gustaría intentar llevar a cabo en su país.

Convivir, compartir
Los dos quieren resaltar el compañerismo existente en el proyecto y las relaciones interculturales que se establecieron entre los participantes. “El hecho de convivir con personas de diferentes culturas me ha mostrado que, a pesar de ser de continentes distintos, todos somos iguales; las diferencias culturales no nos han separado, sino que nos hemos tratado como iguales”, apunta Juan Carlos. Algo en lo que coincide con Abdallahi quien está feliz de haber podido “ganar la amistad” de sus compañeros. “Trabajar con vosotros fue una gran experiencia y estoy a vuestra disposición para cualquier cosa que necesitéis de mí”, concluye.