Acción social31/03/2020

La caridad en tiempos de coronavirus se hace creativa

Niños y mayores de Cáritas Madrid se cartean para alegrar estos días difíciles de confinamiento.

Estamos confinados en nuestras casas, los autobuses se ven vacíos y las calles, desiertas. Las dificultades se están viviendo de puertas hacia dentro en hogares donde las cosas no son fáciles, en los que viven familias en situación de vulnerabilidad o exclusión. Las personas mayores son otros de los grupos en los que ponemos el foco estos días. No solo porque el virus parece que les ataca con más virulencia, también por la soledad que la cuarentena les ha provocado o acentuado en estos días en los que no pueden salir a la calle y los familiares y amigos no pueden visitarles, ni verles.

Iniciativas tan sencillas, pero llenas de corazón y solidaridad como esta que mostramos hoy, no dejan de sorprendernos en estos días difíciles que estamos viviendo. Los niños y niñas que acompaña el equipo de Cáritas Madrid en la Vicaría V demuestran que cada pequeño gesto cuenta, enviando y recibiendo cartas con los mayores de la Residencia Fundación Santa Lucía, el recurso que ha fomentado dicha iniciativa y cuya responsable, Rosa Mª Olivares, define como “preciosa”.

Así es como niños y jóvenes alegran y hacen más entretenido su aislamiento por el coronavirus, mientras aportan esperanza en forma de letras a los mayores de la residencia que llevan semanas, no solo sin recibir visitas, sino en total aislamiento. Porque, aunque la vida en la residencia continua con la “mayor” normalidad, es imposible no sentir soledad y añorar las visitas de hijos, nietos…

 

Esta idea, creativa a la par que solidaria, ha tenido una gran acogida por parte de los mayores de la residencia, quienes no dudan en apuntarse en la lista como “receptores de las cartas de los más pequeños”. Una vez en sus manos, les tocará el turno de contestar a todas y cada una de ellas, para así iniciar una correspondencia fluida mientras dure este encierro necesario.

El objetivo en estos momentos, en los que la caridad no puede darse con visitas y gestos en persona debido al confinamiento, es practicar una caridad creativa, buscar nuevas vías y herramientas para seguir acompañando a las personas que lo necesitan.

Cuando este confinamiento pase y la vida vuelva a las calles, los menores participantes de esta iniciativa tendrán la oportunidad de visitar la residencia para poner cara y compartir una tarde en “familia” con estos mayores con los que han compartido cartas llenas de anhelos, deseos, sueños y buenos propósitos.