Cooperación internacional30/03/2021

Cáritas Nicaragua, ejemplo de resiliencia comunitaria

Nicaragua sufre y se reconstruye tras las graves consecuencias de los huracanes Eta e Iota en plena situación de pandemia.

El pasado mes de noviembre de 2020 los huracanes Eta e Iota azotaron Centroamérica, especialmente a Honduras, Guatemala y Nicaragua, provocando graves inundaciones y deslizamientos de tierra. Terribles consecuencias en una región que ya se enfrentaba a vulnerabilidades estructurales, así como a algunos de los niveles más altos de violencia y pobreza en el mundo, agravado por el impacto de la pandemia la COVID-19

En Nicaragua además de los daños materiales inmediatos, miles de personas se desplazaron refugiándose en albergues o parroquias, sin suficientes capacidades en materia de seguridad sanitaria ante la COVID-19. Los daños en instalaciones de atención sanitaria, provocaron que miles de personas se quedaran sin acceso a servicios médicos. Con sistemas de agua y saneamiento comunitarios severamente afectados, y pozos contaminados, causaron riesgos con brotes de enfermedades potencialmente mortales.

El impacto combinado de ambas tormentas ha destruido y dañado muchas áreas de cultivo y cosechas que eran fuentes esenciales de medios de vida para las familias. Con unas consecuencias humanitarias que, a fecha de hoy, todavía persisten.

Pero esta tragedia tiene rostros de indígenas mískitos, de garífunas y de creoles del Caribe Norte en Bilwi -epicentro de ambos huracanes-, que habitan en la rivera del Rio Coco,en municipios de Wiwili y San Jose de Bocay. Comunidades indígenas y afrodescendientes, ya marginadas por su estilo de vida, por su escaso nivel de inversión estatal, que ha afectado a su desarrollo comunitario.

La catástrofe también tiene rostro campesino, en Siuna, Rosita, Bonanza y en comunidades de departamentos en Jinotega, Matagalpa, Estelí y Nueva Segovia.

Todos ellos perdieron sus casas, barcas, redes de pesca , animales, parcelas listas para la cosecha, almacenes de granos básicos, pequeñas explotaciones familiares de café y frutales.

Un cóctel en el cual se mezclan problemas ya existentes como falta de red de agua de calidad y alcantarillado, infraestructuras sanitarias estables, infraestructuras y públicas de energía con los daños producidos por los huracanes. El aumento de la inseguridad alimentaria y nutricional crónica en parte de la población infantil, es sólo una de las caras de este combinado.

Apoyo de la Red Cáritas

Cáritas Nicaragua con el apoyo de la Red Cáritas, ha priorizado la respuesta humanitaria a 1.000 familias (60% indígenas miskitos y mayagnas) ubicadas en estas zonas más afectadas. En una primera fase de intervención se centró en el reparto de alimentos y kits familiares para cubrir necesidades de menaje, refugio, higiene personal y del hogar. Al mismo tiempo, se han distribuido paquetes de herramientas a grupos comunitarios, utilizadas para la reparación de sus viviendas y limpieza de escombros y restos, así como en equipamientos básicos que ayuden a recuperar sus medios de vida familiares y comunitarios.

Esto es lo que pretende reflejar el video que presentamos. Un recorrido por la historia breve de los huracanes, su impacto, el trabajo comunitario y el apoyo de la red Cáritas. Con la inmensa fuerza de la resiliencia comunitaria, en sus capacidades para reconstruir sus vidas.