Noticia24/10/2019

El VIII Informe FOESSA en Castilla-La Mancha constata que la exclusión social se enquista en una sociedad cada vez más desvinculada

En la Región se registran 328.000 personas en exclusión social, y de ellas, 127.000 están en exclusión severa.

El VIII INFORME FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España que se presentaba ayer en Albacete, es en palabras de Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada, FOESSA, y coordinador de Estudios de Cáritas Española, una muestra de cómo hemos afrontado en Castilla-La Mancha la salida de la crisis y cómo estamos reconstruyendo la sociedad. Este informe refleja una recuperación importante de la integración social, recuperando los niveles previos a la crisis. Sin embargo, nos alerta de la consolidación de dos situaciones que suponen sufrimiento y amenaza para una parte de la población, la consolidación de la exclusión social severa y la precariedad, que afecta a más población y más intensamente que antes de la crisis.

El Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en Castilla-La Mancha, según Raúl Flores, es un relato del momento de incertidumbre en el que nos encontramos, realizado al servicio de nuestros decisores políticos y de la sociedad en su conjunto. Una mirada a nuestra cohesión social que se retrotrae a cómo vivimos y reaccionamos ante la gran recesión y cómo estamos enfocando la salida. Una historia que da cuenta de las consecuencias de la crisis en la postcrisis.

Raúl Flores señalaba en esta rueda de prensa que, este VIII informe FOESSA nos muestra un modelo de sociedad que no ha cambiado. Todos los análisis apuntan a que, en la última década, estamos viviendo las consecuencias del mismo modelo de desarrollo económico, social y antropológico, solo que las consecuencias de este modelo se manifiestan de forma diferencial en cada etapa que atravesamos.

Un modelo marcado por una debilidad distributiva, por sus dificultades para no dejar a nadie atrás, y en especial un modelo con serias dificultades para afrontar y mejorar la vida de los vulnerables, de aquellos que viven la precariedad, y de las personas excluidas, aquellos que hace que no consiguen salir del pozo de la exclusión.

La forma en que nuestro modelo está dando respuestas a estas dificultades, tanto en la época de crisis como ahora en la post crisis, nos indica de que probablemente estemos optando por dinámicas y actuaciones engañosos o de muy poca utilidad y calidad si los medimos desde el punto de vista del bien común.

El VIII Informe FOESSA consta de un informe global de la realidad del conjunto del estado y de 18 informes territoriales, entre otros el referido a Castilla-La Mancha.

La explicación detallada del Informe por parte de Raúl Flores se ha realizado compartiendo nueve imágenes, que están relacionadas con distintas áreas y dimensiones de la sociedad de Castilla-La Mancha:

 

 

  1. La recuperación económica no se ha traducido en una mejora de las rentas más bajas

La renta media de la población de CLM se ha reducido en diez años en un 2%, pero quien más ha sufrido esta pérdida en la capacidad económica, ha sido el grupo poblacional con menos ingresos, que ha visto mermada su renta en un 17%, produciendose un proceso de acumulación de dificultades en las personas que se encuentran en la parte más crítica de la exclusión severa.

Junto a esta realidad puramente económica, se encuentra el análisis más amplio de la exclusión social, que nos arroja la imagen de 328.000 personas en exclusión social en Castilla-La Mancha, el 16,2% de la población de la región. Dentro de esta realidad, el 6,3%, que son 127.000 de personas en situación de exclusión social severa. Son el grupo sobre el que se ceba la desigualdad y la precariedad en sus diferentes formas. La vivienda insegura e inadecuada, el desempleo persistente, la precariedad laboral extrema y su invisibilidad para los partidos políticos, entre otras.

  1. El desempleo
  • El desempleo en Castilla-La Mancha todavía alcanza al 18% de la población, multiplicando por 2,3 la tasa de paro del año 2007, que se situaba en el 8%.

 

  • Tener un empleo no garantiza salir de la pobreza y la exclusión. El 16% de las personas que trabajan se encuentran bajo el umbral de la pobreza y el 11% en exclusión social, a pesar de su esfuerzo personal, a pesar de salir a luchar todas las mañanas por sus hijos e hijas, no consiguen unas condiciones de vida mínimas.

 

  1. La vivienda

El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un derecho inaccesible para muchas familias, de hecho, 97.000 personas viven con la incertidumbre de quedarse sin vivienda; y el 10% de la población, 200.000 personas, viven bajo el umbral de la pobreza severa una vez descontados los gastos o deudas relacionadas con el pago de la vivienda y los suministros de la misma.

  1. Familias

Los datos de la Encuesta FOESSA sostienen que cuando uno nace y se cría en un hogar con escasos bienes materiales y con ingresos reducidos aumentan las probabilidades de instalarse en el pantano de la vulnerabilidad. Los que se criaron entre dificultades, duplican a los que no crecieron entre penurias. Hoy más que ayer, la familia donde naces determina más tus oportunidades.

  1. Mujer

Las desventajas de las mujeres para vivir de forma integrada afectan a todas las dimensiones de la exclusión social, afectando la exclusión severa al 8% de los hogares sustentados por mujeres, frente al 5% de los hogares sustentados por hombres. Además, una mujer tiene que trabajar 1,5 horas más al día para ganar lo mismo que un hombre y si esa mujer es inmigrante necesitará 2 horas. Aunque la exclusión social tiene muchos perfiles, uno muy frecuente es el de mujer, menor de 44 años, con hijos a cargo, con bajo nivel de estudios y en búsqueda de empleo.

  1. Desigualdad en los recursos sanitarios

La desigualdad generada por el acceso a los recursos sanitarios básicos que están fuera de la competencia de la sanidad pública refuerza el carácter de exclusión de la dimensión de la salud, con una especial incidencia entre las personas con discapacidad, hasta el  33% de ellas se encuentran en situación de exclusión social, el doble que las personas sin discapacidad. Además, el 16% de la población no puede tener un tratamiento bucodental porque no se lo puede permitir.

  1. Educación

En el ámbito de la educación, se detectan dos elementos diferenciadores de la región, que generan un mayor riesgo de exclusión social. Por ejemplo, la no escolarización de 3 a 15 años en la región triplica la media estatal, siendo el 2,3% de los hogares en esta situación en Castilla-La Mancha frente al 0,7% en el ámbito estatal durante el último curso 2017-2018.

Los mayores sin estudios, duplican la media estatal y los hogares con alguna persona de más de 65 años que no saben leer  ni escribir o no han ido a la escuela, en Castilla-La Mancha es de 3,6% frente al 1,6 % de España.

  1. Estado del bienestar como mecanismo de protección social

Los ciudadanos de Castilla-La Mancha siguen apoyando el Estado de bienestar como mecanismo de protección social. Más que antes se pide al Estado que intervenga para conseguir una sociedad más igualitaria, para garantizar el derecho a la salud o a la educación y para protegernos de la pérdida de ingresos derivada de situaciones de vejez, enfermedad o desempleo. Así, el 82% de los castellano-manchegos apuesta por más prestaciones y servicios sociales, aunque esto requiera más impuestos.

A pesar de la insuficiente inversión en políticas sociales, 4 de cada 10 personas en situación de exclusión han acudido a los servicios sociales públicos, y 3 de cada 10 personas han acudido a Cáritas, lo que hace que esta sea la primera entidad social de Castilla-La Mancha a la que acuden las personas vulnerables, después de los servicios sociales públicos.

  1. Fenómenos demográficos

En este apartado destaca la reducción de todos los indicadores de natalidad y fecundidad, con una intensidad similar a la del conjunto del país. Además, 1 de cada 3 hogares necesita cuidados, y 2 de cada 3 personas que realizan los cuidados son mujeres de la familia. Aunque los cuidados siguen siendo claramente de la familia, hay una tendencia, muchas veces empujada por el mundo laboral hacia la mercantilización de los cuidados, proceso del cuál quedan excluidos, aquellos que nos los puedan pagar.

Enlace para descargar el informe

http://bit.ly/2xryse9

Enlace youtube para visualización del vídeo de FOESSA: 

https://youtu.be/3DOuTRPgQil