12/06/2020

Un único pan, un único cuerpo

Cáritas hace un llamamiento a la oración y al compromiso cristiano del ejercicio de la caridad canalizado a través de la colecta del día del Corpus Christi, ante el reto de reconstruir comunidad y sostener a las personas más frágiles.

Queridos hermanos:

Desde Cáritas Diocesana de Albacete nos hacemos cargo del momento actual
que nos ha tocado vivir debido al Covid-19, a la vez que somos conscientes de los
problemas que hemos de afrontar desde el mandato de la caridad y con esperanza
cristiana, pues muchas personas están sufriendo, y sufrirán en un futuro, las
consecuencias del paso de la pandemia.

“Corpus Christi”, es una fecha tan significativa para toda la Iglesia y para
Cáritas en particular, que desde nuestra fe en Cristo, y nuestro compromiso evangélico
debemos apelar a toda la Diócesis a tomar conciencia de la situación en la que nos
encontramos y hacer a todos un profundo llamamiento a la oración y al compromiso
cristiano del ejercicio de la caridad canalizado a través de la colecta del día del
Corpus Christi.

Estamos ante una situación muy complicada para la sociedad en general, pero
especialmente difícil para las personas en exclusión o en riesgo de exclusión social. En
el periodo comprendido entre el día 16/03/2020 y el 31/05/2020 (75 días), se han
beneficiado de la acción social de Cáritas 4.737 personas, 3.359 personas más que en
el mismo periodo del año anterior; realizándose una inversión en ayudas para cobertura
de necesidades básicas de 169.289 €, lo que ha supuesto un incremento de 139.237 €
respecto al mismo periodo del año anterior. Es decir, en estos 75 días, se ha
multiplicado por 2,3 el número de personas atendidas y por 5,6 los recursos económicos
invertidos.

Desde Cáritas Diocesana de Albacete agradecemos de corazón toda la ayuda
que podamos recibir para paliar los efectos de esta crisis. Ahora tenemos el reto de
reconstruir nuestra comunidad, sostener a las personas más frágiles y vulnerables,
restaurar la convivencia y el diálogo social, y sentar las bases de un nuevo bien común.

Un único Pan, un solo Cuerpo

“La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso
comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es
comunión con el cuerpo de Cristo? Si el pan es uno solo, también
nosotros, aun siendo muchos, formamos un solo cuerpo, pues
todos participamos del mismo pan”.

“Vosotros formáis el cuerpo de Cristo, y cada uno es
miembro con una función peculiar. Si sufre un miembro, todos
los demás sufren con él; si un miembro es honrado, todos los
demás toman parte en su alegría”.