Calle con corazón, acompañamiento para personas sin hogar en Cuenca
Descubre cómo les ayudamos y qué hacemos para que mejoren su situación.
Una visión rápida del proyecto
Niños y adolescentes encuentran un espacio para su desarrollo personal.
- Quién lo hace: Cáritas Diocesana de Cuenca.
- En qué consiste: Apoyo a las personas sin hogar que viven en la calle o en viviendas precarias.
- Qué persigue el proyecto: Brindar apoyo, escucha y acompañamiento ante la dura realidad del frío, la calle y la pandemia.
- Personas atendidas: 22, de ellos 17 hombres y 5 mujeres.
En detalle
Trabajamos para que las personas sin hogar puedan integrarse en la sociedad.
Entregamos kits de alimentación y bebidas, ropa, calzado y medicinas.
Ofrecemos servicio de higiene y ducha.
Ciertos casos necesitan además ayuda económica.
Realizamos la primera toma de contacto y creación de vínculos a través de conversaciones, escucha activa y acogida.
Tardes de café y charla sobre el grado de satisfacción con el funcionamiento del centro de atención de urgencia (CAU).
Actividades culturales y de integración, en las instalaciones del CAU (naipes, juego de la oca, ajedrez).
Taller de elaboración de jabones artesanales.
Acompañamientos a los diferentes recursos sociales y sanitarios de Cuenca.
Necesidades de las personas sin hogar en Cuenca
Sin cubrirlas no pueden acceder a una vida normalizada.
- Regulación de aspectos administrativos (permisos, documentos identidad, solicitar ayudas económicas, etc.).
- Relaciones familiares y redes de apoyo deficitarias.
- Seguimiento en tratamientos médicos.
- Fortalecimiento de habilidades sociales básicas, para búsqueda de empleo o alquiler de vivienda.
- Fortalecimiento de autoestima.
- Acompañamiento psicológico.
- Deshabituación del consumo de alcohol u otras sustancias.
Perfil de las personas que acompañamos
82 % (18 personas) son de origen español y el 77 % (17 personas) son hombres. Esto nos confirma una vez más, que el perfil “tradicional” hombre español, entre 45 y 65 años aún se mantiene vigente. Sin embargo su tendencia al cambio es inminente, podríamos decir que se está rejuveneciendo y feminizando (con especial énfasis en las mujeres extracomunitarias).
46 % (10 personas)
viven a la intemperie en las calles o espacios públicos o exteriores, sin un techo que les cubra ni un albergue que pueda ser definido como vivienda o permanecen en alojamientos de emergencia donde pasan la mayor parte del tiempo a la intemperie y hacen uso de albergues para dormir, sin tener un lugar habitual de residencia.
36 % (8 personas)
tienen que abandonar su vivienda porque no pueden hacer frente a los gastos derivados por suministro de los servicios básicos (agua, luz, calefacción, teléfono, alquiler/hipoteca, entre otros…) o deben abandonar sus viviendas por encontrarse bajo la amenaza de violencia por parte de algún miembro de la unidad familiar (en su mayoría mujeres).
18,18 % (4 personas)
no tienen vivienda habitual, viven en alojamientos móviles. Se trata de construcciones que no constituyen viviendas convencionales o estructuras semi-temporales (chabolas o cabañas) o según la regulación nacional, carecen de permiso de habitabilidad o se encuentran sobre ocupadas, es decir, que superan el estándar nacional de ocupación de personas.